El sistema nervioso está formado anatómicamente por el Sistema Nervioso Central (SNC), que incluye el cerebro y la médula espinal, y el Sistema Nervioso Periférico (NP), que incluye los nervios craneales que surgen del cerebro y los nervios espinales que emergen de la médula espinal.
La teoría de que todo muere y nada se regenera en el sistema nervioso ha impedido que la mayoría de los científicos y terapeutas estudien y utilicen la recuperación cefálica; hoy, sin embargo, se sabe que hay más plasticidad a nivel del sistema nervioso de lo que se pensaba anteriormente y cómo los cambios en la oclusión se corresponden con cambios microestructurales en los nervios, tanto en adultos como en niños.
Existe una interdependencia periférica y una relación con el Sistema Nervioso Central (SNC), por lo que cualquiera que sea la estructura que se tensiona (la ATM, la oclusión o los músculos de la mandíbula), hay una acción completa y más es fuerte el estímulo fisiológico a nivel periférico (por tanto, a nivel de oclusión), mayores son los efectos sobre el Sistema Nervioso Central (SNC).
Neurológicamente, los dientes funcionan como sensores de detección para activar un programa, masticar. Debajo de cada elemento dental individual hay receptores que envían información al cerebro para una masticación adecuada.
Cuando hablamos de boca, estamos hablando de una parte de nuestro cuerpo que realiza importantes funciones vitales en extensión y en estrecha conexión con la postura y con el Sistema Nervioso Central (SNC) que con el tiempo pueden influir en nuestro comportamiento, nuestro estado de ánimo hasta afectar también nuestra psique.
Para comprender todo esto, es necesario examinar las características esenciales de la organización funcional de los elementos que componen el sistema nervioso, del cual los receptores son parte integral.
Existen sistemas sensoriales capaces de recopilar información de resonancia y cuando se solecitan, implican transferencias de energía que determinan una organización funcional del Sistema Nervioso Central (SNC).
La boca con su oclusión y todo lo que incluye el sistema estomatognático tendrá un rol informativo espacial a través de contactos dentales estables en relación con el sistema craneosacro, que servirán como posiciones de referencia neurológica en extensión con vastas cantidades de informaciones que serán elaboradas por el cerebro mismo, del sistema límbico y el neocórtex.
Los Bio Activadores AMCOP, a través del efecto elástico de los materiales utilizados, son capaces de proporcionar importantes estímulos que aportan información que llegan al cerebro desarrollando una energía electromagnética específica emitida por el propio cerebro.
Los Bio Activadores AMCOP se consideran verdaderos transmisores neurosensoriales. En el estudio de las propiedades de un sistema sensorial, una de ellas fundamental se refiere al mecanismo con los aspectos físicos de los estímulos adecuados que se transforman en mensajes nerviosos.
Los Bio Activadores AMCOP son dispositivos de ortodoncia multifuncionales que tienen características termoelásticas que pueden activarse y que permiten una acción de resonancia informativa específicamente vibratoria en todo el cuerpo a través de la transmisión de una energía bien determinada obtenida por ejercicios de estimulación específicos por parte del paciente en asociación con el efecto extraordinariamente plástico de los materiales utilizados.
Los dispositivos de ortodoncia funcionales (diseñados y fabricados en Bari), por lo tanto, además de ser herramientas terapéuticas ortodóncicas cómodas y suaves para alinear los dientes, también son armonizadores de la boca a través de la recuperación de una correcta oclusión y rehabilitar la psique.